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Carles Humet y Edu Cots, en busca de la aventura con dos Impala

Actualizado: 21 ago 2021

He tenido la suerte de poder leer el libro de Carles Humet y Edu Cots,Con Impala Llegará 26.000 Km 4 Continentes,dos locos de las motos que llevaron su pasión al extremo, amor por las aventuras genuinas y amor por las motos. Por: Oscar Gómez Almendro

Twitter: @OscarBikeGP


Estos dos amigos, han dejado claro que si quieres buscar la autenticidad de lo que es un viaje en moto, tienes que alejarte de los tópicos, nada de tecnología punta, nada de GPS, Inter comunicadores, ni siquiera el ultimo modelo de Maxi Trail, la autenticidad del viaje se encuentra en un mapa de papel, en perderse y rectificar la ruta, en tener una avería y solucionarla con los medios que tengas.



“Si buscas la autenticidad de un viaje en moto debes alejarte de la tecnología, disfrutar la carrera, incluso cuando hay problemas”



Por eso las Impala fueron la motos elegías, previamente por su motor de dos tiempos, sencillos, sin electrónica, motos que con pocos recambios y con algo de inventiva, siempre seas del paso de cualquier problema.


Os dejo lo que pude charlar con ellos y de algunos detalles del libro, pero lo que os aconsejo es que os hagáis con un ejemplar y lo disfrutéis, es el viaje que a cualquier enamorado de las motos le gustaría hacer, quien sabe, tal vez tras leerlo tu seas el siguiente en hacer el tuyo.



¿Cómo se le ocurre la idea a Edu del viaje a Marruecos? La operación Impala del 62 fue el origen?

En realidad este primer viaje fue una forma de desconectarme de este mundo estresante y súper organizado. Ya había hecho un viaje a Marruecos en solitario con una Montesa Brío 91 y, posteriormente, con una Montesa Impala 175 también en solitario. En 2009 quería repetirlo con más gente y el primero en que pensé fue en Carles Humet.


“Queríamos hacer algo un poco “gamberro”, como cuando éramos jóvenes”

Carles en ese momento ni siquiera tenía una Impala, ¿cómo recibes la “locura” de viaje que te proponía Edu? Te tocó buscar una moto rápidamente y prepararla, le costó mucho convencerte?


En aquel año Edu tenía una Honda 900 y yo una BMW con la que viajaba. Conozco a Edu desde hace años y sabía de sus locuras, y en principio no me veía viajando con una moto clásica de 2 tiempos, pero cuando me dijo que sería salir de la rutina y hacer algo un poco “gamberro” como cuando éramos jóvenes, ya quedé convencido y en quince días tenía una Impala destartalada que pusimos “medio a punto” para aquel viaje.


¿Por qué Impala? Edu tenías experiencia de rallys de 2T, seguro que otra moto habría sido más cómoda, fiable.....etc.



Había sido piloto profesional ininterrumpidamente durante 20 años en múltiples especialidades, desde motos de GP, pasando por Superbikes, Supermotard hasta Rallys de velocidad junto con Carles, que es donde nos conocimos.

Se trataba de cerrar aquella época con algo completamente diferente y la Impala es un icono con muchísimos fans que las conservan y las utilizan todavía, es una moto con una preciosa historia que todavía sigue.



Este tipo de viajes, con motos modernas sería, no imposible, pero si más complicado a no ser que tengas detrás una gran marca y todo su apoyo.

La sencillez de la mecánica de la Impala tiene un punto débil, pero a la vez es lo que hace que sea más sencillo el repararlas y encontrar soluciones en un viaje tan exigente.

Bueno, realmente hoy con una moto moderna, navegadores, ordenadores, móviles, etc. se puede viajar a cualquier lugar del planeta sin problema, pero se pierde la esencia de la aventura, de la adrenalina que supone perderse o quedarse “tirado” y tener que solucionar los problemas que se vayan presentando.

Además, es la forma de pararse preguntar a la gente, hacer amigos que te ayudan en las reparaciones o problemas y vivir más intensamente.



Seguro que el Moto Club Impala fue un buen apoyo y ayudarían bastante sobre todo en el inicio.

Sí, sin la gente del Moto Club Impala todos estos viajes no hubieran sido posibles, porque ellos son los que han mantenido y mantienen la Impala viva, por supuesto nos ayudaron desde el principio y ahora somos uno más del Club.

De esta aventura Marroquí, ¿cual es el mejor recuerdo o momento que os trajisteis?



La fantástica convivencia entre los cinco que fuimos, el sentirse parte de la Impala superando obstáculos y los lugareños, que se interesan por el viaje con aquella sencilla moto.



Justo termináis en Marruecos y surge el segundo capítulo, seguir el Dakar por el desierto de Atacama en Chile, ¿Cómo surge esta nueva aventura? ¿Por qué el Dakar?

Aquí se trataba de conmemorar el 50 aniversario de la “Operación Impala”, que fue una aventura cruzando África de sur a norte con tres Impala y un coche de apoyo.

Pensamos que la máxima aventura del motor hoy es el Rally Dakar y se trataba de llevar la Impala por algunos de los lugares por donde aquel año pasaban los pilotos, que era el desierto de Atacama. En este caso las motos debían prepararse más, las condiciones en Atacama son difíciles, temperatura, altitud, etc...



¿La anterior ruta por Marruecos os dio alguna idea de por dónde podrían venir los problemas en Chile?

Sí, teníamos claro que la arena blanda del desierto era prácticamente imposible, mientras que en las pistas, por duras que estas fueran, se encontraba como pez en el agua, aunque era fácil romperla.



Aquí sí que se hizo necesario un coche de apoyo, para llevar repuestos, curiosamente el primer fallo mecánico no llego de las Impala sino del pick up... Era muy duro el terreno por dónde íbamos a meter las Impala, por lo que nos pareció necesario llevar un coche de apoyo, una pick up todo terreno con mucho recambio, herramientas y equipo. A la camioneta se le rompió la junta de culata y estuvimos dos días sin ella, fueron bastante intensos y emocionantes.



¿Cómo fue el encuentro con la caravana del Dakar? Imagino que vosotros impresionados por todo aquel montaje, pero ellos “fliparían” con vosotros.

Precisamente los días sin furgoneta de apoyo subimos a más de 4.000 m de altitud en los Andes y allí nos encontramos a los pilotos, los seguimos durante muchos kilómetros por pistas bastante duras hasta el campamento.



Recuerdo a Nani Roma con el “Mini” que en el tramo de enlace se puso a nuestro lado mirándonos con si estuviera alucinando.

A nosotros nos impresionó lo que hacen estos pilotos que son auténticos héroes y la complejidad de montar, desmontar y trasladar todo aquel campamento cada día.

”Laia Sanz había sido piloto de Montesa”

¿Qué piloto se mostró más sorprendido por vuestra presencia allí, qué os comentaron?

Laia Sanz había sido piloto de Montesa y se interesó por la resistencia de la Impala, pero prácticamente todos los pilotos españoles se acercaron a ver las Impala, a hacerse una foto o para interesarse por el viaje y también algunos extranjeros, incluso dieron la noticia en algunos medios de radio y televisión españoles y nos hicieron una entrevista en TV3.

En este viaje tuvisteis un susto con una alergia, en estos viajes este tipo de problemas de salud pueden complicarse mucho...

Sí, Carles resultó que tiene alergia al anisakis que ahora lleva el pescado, él no lo sabía y estuvo a punto de tener una embolia por la presión altísima que tenía. Afortunadamente llegamos a tiempo a un centro médico y pudieron salvarle la vida.



Según estáis de regreso de Chile salta la chispa de la última de las locuras, 75 aniversario de Montesa-Honda, nos vamos a Japón...

Sí, en el avión de vuelta nos dijimos que teníamos que hacer algo grande con lo que cerrar aquellos “desafíos” con la Impala, y se nos ocurrió hacer un viaje desde Barcelona a Tokio sin coche de apoyo, con el equipaje, herramientas, recambio y sin navegador, ni interfonos, ni ningún artilugio moderno.



Salir un día a la aventura con el objetivo de llegar al circuito de Motegi en Japón que es propiedad de Honda, la marca propietaria de Montesa en la actualidad. Este reto completaría los 26.000 km por cuatro continentes, se trataba del más complicado de los tres retos, muchos km solos, sin apoyo, con largas zonas sin gasolineras, despoblación...



¿Cómo se puede planificar algo a así?


Se trataba de tener las motos como nuevas y para esto tuvimos la ayuda de Marc Gálvez, mecánico de Sabadell, que nos dejó una parte de su taller y su ayuda si la necesitábamos.

También muchos amigos que nos ayudaron, sobre todo del Moto Club Impala y algunos mecánicos vinculados con Montesa, hasta que las motos quedaron perfectas, y otros muchos detalles de logística y equipo. Estudiamos los países por donde pasar y el resto era salir e ir improvisando.

Desmontar la Impala en una hora fue increíble”

El reto de desmontar la impala en una hora me pareció increíble, buen entreno por si hay trabajo rápido que hacer en ruta. La idea era conocer todos los detalles mecánicos de la moto para ser capaces de reparar cualquier avería, y muchas piezas las montamos y desmontamos varias veces.



Cierto es que los problemas pueden surgir en cualquier momento, pero aparecieron antes de tiempo, ¿no? Fue un golpe duro gripar a los pocos km.


Un incidente inesperado fue gripar el motor a los 90 km, en Girona. Realmente fue un descalabro emocional, pero cuando supimos el motivo lo arreglamos y seguimos con el plan previsto. Luego tuvimos bastantes más problemas pero los fuimos solucionando y finalmente fue la “salsa” del viaje y un motivo para hacer muchos amigos.



Lo que está claro es que utilizar este tipo de moto, pocos las reconocerían en el trayecto una vez fuera de España, facilita que la gente se acerque con buena actitud y solícitos a ayudar cuando hay problemas, ¿no?

Estos fueron unos de los buenos momentos, la reacción de la gente al verte con aquella desconocida moto, evidentemente muy antigua, interesarse por el viaje, ayudarte o incluso invitarte a una concentración de motos ¡en Siberia!

El incidente en Ucrania con la policía me recordó una experiencia personal similar que pasé en la frontera entre República Checa y Austria de camino a un GP en Brno, nos retuvieron durante casi tres horas, aun no sé por qué, eso sí, se solución con unos euro de propina igualmente.


Sí, en Ucrania es algo “normal” que la policía te pare y se invente cualquier excusa para multarte. Al final es un soborno para conseguir que les pagues en metálico, pero hay que negociar, regatear... y te sale mucho más barato.




¿Qué ocurrió con las motos a la entrada de Japón? ¿Cuál fue el problema? Muchos km para quedarse tan cerca.

Fue frustrante porque no conseguíamos entendernos y el tema es que parecía que no podían entrar motos de 2 tiempos en Japón. Al final pudimos solucionarlo porque no pensábamos quedarnos sin conseguir el objetivo.



En Japón os recibieron en Motegui y los pilotos pudieron hacerse fotos con ellas, ¿lo mejor de este viaje o una de las mejores cosas fue conocer a Nakamura?

Algo realmente increíble fue que, antes de partir y gracias a un amigo del Moto Club Impala, supimos que había un japonés que tenía una Impala con la que se desplazaba habitualmente por Nagoya, su ciudad.

Evidentemente quedamos con él y pasamos dos días increíbles con “Nobi” Nakamura, que es diseñador en la fábrica de Toyota y se compró de segunda mano una de las tres o cuatro que se vendieron en Japón ¡Porque le gustó su diseño! Y el “petardeo del escape”.



¿Algún nuevo reto en mente?

Nos gusta viajar en moto y hemos hecho algunos más, pero decidimos que serían con motos pequeñas porque es más auténtico y conoces más gente, por Colombia, el Himalaya, Europa del Este… y queda pendiente un viaje por Sudamérica con moto de poca cilindrada.

“Todo viaje comienza con un sí”

Consejos para alguien que esté pensando en hacer algo similar o simplemente este dudando si hacer un largo viaje en moto o no.

Como dice nuestra amiga Alicia Sornosa “todo empieza con un sí”. Si tienes un sueño, planifícalo y hazlo, los problemas se van solucionando con ilusión y esfuerzo.



A todo eso, algo que suele ser un problema a la hora de hacer este tipo de viajes es el tema familia y trabajo, ¿cómo lo hicisteis?

Estos problemas son muy personales, pero en nuestro caso fue primero convencer a nuestras parejas que nos lo pusieron fácil, y como somos autónomos pudimos planificar dejar a alguien de confianza, llevábamos el móvil y el ordenador que eran nuestra oficina en el hotel o a veces en medio de la nada.

“Por esos mundos se puede comprar de todo”

De este tipo de viajes, ¿qué es lo más complicado de organizar?


Depende del viaje, pero una vez solucionado el tema familia y trabajo queda visados, pasaportes, seguros, y tener todos los papeles en regla, revisar a fondo la moto y no llevar exceso de equipaje, solo lo básico. Por esos mundos se puede comprar de todo. No hay nada demasiado complicado.

¿Qué le diríais a alguien que está pensando en un largo viaje en moto pero no termina de decidirse?

¿Hay algún motivo grave para no hacerlo? No, pues hazlo.



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